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La subadministradora de la vía acuática artificial en disputa dijo que el país asiático invierte en infraestructura, pero no la gestiona.

El Canal de Panamá, una infraestructura crucial para el comercio mundial ha estado en el centro de la agenda internacional en las últimas semanas.

El presidente Donald Trump viene advirtiendo que va a retomar el control de esta vía marítima, inaugurada por Estados Unidos en 1914 y devuelta completamente a Panamá en 1999 a raíz de los acuerdos firmados entre los presidentes Jimmy Carter y Omar Torrijos.

Trump reclama por el trato que reciben los buques de su país que pasan por el canal, pero además denuncia que el canal está, de hecho, controlada por China.

Así lo dijo en su discurso de asunción el lunes de la semana pasada.

“Se ha roto la promesa que Panamá nos hizo. El propósito de nuestro acuerdo y el espíritu de nuestro tratado han sido totalmente violados. A los buques estadounidenses se les está cobrando en exceso gravemente y no están siendo tratados justamente de ninguna manera, forma o modo. Incluso la Armada de Estados Unidos. Y, sobre todo, China está operando el Canal de Panamá. Y nosotros no se lo dimos a China. Se lo dimos a Panamá y vamos a recuperarlo”, dijo Trump.

El gobierno panameño ha condenado públicamente las intenciones de Trump. Incluso planteó su preocupación al secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

La ingeniera Ilya Espino de Marotta, subadministradora de la Autoridad del Canal de Panamá le explicó a En Perspectiva que la construcción del canal por parte de Estados Unidos en 1914 es “bastante diferente” a cómo se ve hoy.

“El canal de Panamá es básicamente un ascensor de agua, en el que mueven barcos de un océano 26 metros por arriba del nivel del mar”, describió.

“Cuando el canal fue transferido de Estados Unidos a Panamá se puso en la ley que creaba a la autoridad del canal de Panamá. Allí se colocó una cláusula en donde decía que, si Panamá quería construir un tercer juego esclusas (estructuras que elevan las naves para que puedan cruzar el istmo y llegar del océano Atlántico al Pacífico), tenía que ir a un referéndum nacional porque era una inversión muy grande para un país muy pequeño y para garantizar que fuera hecho de una manera correcta”, comenzó.

Entonces, contó que en 2006 se fue a un referéndum nacional y en 2007 surgió el programa de expansión del Canal de Panamá, que consistió en “una construcción de esclusas bastante más grandes y que llegue a mercados que antes no transitaban tanto por el canal, como el gas natural licuado”.

“Este proyecto fue financiado por la autoridad del Canal de Panamá con un préstamo de cinco agencias multilaterales. Hoy en día el 55% de los ingresos del canal provienen del tránsito por estas nuevas esclusas, que fueron inauguradas en 2016”, explicó Espino, quien encabezó esta expansión.

El Canal de Panamá es una entidad que está a cargo exclusivamente del manejo de los buques que transitan el canal.

“También damos paso a proyectos que estén en lo que se consideran aguas de compatibilidad, que son proyectos que se desarrollen en coordinación con otras instituciones del Estado”, amplió.

Esto significa que los servicios de trasbordo, manejo de contenedores, reparación de barcos corren por fuera de la autoridad del canal.

Dentro de la autoridad del canal de Panamá hay unos 8.500 trabajadores. La recaudación anual estrictamente del canal es de US$ 5.000 millones. “De eso se le da al Estado un aporte de alrededor de US$ 2.500 millones. El resto es para operación”, desarrolló.

Así, ilustró el valor para el país de estar a cargo del canal. “En los 85 años de administración norteamericana, el Estado panameño recibió unos US$ 2.000 millones. Bajo administración panameña, en 25 años, ha recibido más de US$ 25.000 millones”, detalló.

“El canal es una gran inyección para el gobierno estatal. Pero más allá del efectivo que proveemos anualmente, le brinda un desarrollo al país a nivel de puertos, ferrocarril, etcétera”, explicó.

“El canal ha convertido a Panamá en un centro logístico importante a nivel internacional más allá del tránsito de los buques”, sumó.

Consultada por la afirmación de Trump sobre que se le cobra “caro” a los buques estadounidenses, afirmó que “eso es incorrecto”.

“No se le cobra caro a ningún buque ni ningún país discriminadamente, se le cobra la misma tarifa a todo el mundo y nuestras tarifas son publicadas en nuestra página web”, expresó.

Con respecto a los dichos del presidente estadounidense referido a que soldados chinos que operan de forma clandestina en el canal, dijo: “Eso también es incorrecto”. “Para trabajar en el Canal de Panamá hay que ser 100% panameño. De esos 8.600 trabajadores tenemos unos seis trabajadores que no son panameños que estaban trabajando en el Canal de Panamá desde 1999. De estos seis extranjeros, cuatro son norteamericanos”, planteó.

De todas maneras, Espino admitió que China ha invertido en infraestructuras en el complejo logístico del canal. Entre ellas, en una terminal de cruceros y un nuevo puente que se construirá sobre el canal. Además, hay empresas chinas operando los puertos de Balboa y Cristóbal, situados en los lados Pacífico y Atlántico respectivamente.

De acuerdo con la jerarca, las empresas chinas operan desde 1997 en el canal. “No manejo la información de los contratos del puente, ni de la terminal de los cruceros. Si fue una empresa china la que la construyó, asumo que será una empresa panameña la que la opere”, expresó.

 

Montevideo Portal

Por mar24

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