En las últimas horas se difundieron distintas interpretaciones sobre el informe del Tribunal de Cuentas de la República respecto al financiamiento de largo plazo que se encuentra a estudio.
Y frente a eso, quiero transmitir algo con total claridad y serenidad.
Es cierto que el Tribunal no “aprueba” políticamente un financiamiento. No es su rol. El Tribunal hace lo que la Constitución le manda: analiza, controla, observa y le da a la Junta Departamental de Salto el marco jurídico necesario para decidir. Y eso es exactamente lo que ocurrió.
También se ha dicho que las proyecciones a futuro no estarían completamente reflejadas. Lo que el propio Tribunal plantea es que esas proyecciones deben integrarse al próximo Presupuesto Quinquenal, algo que compartimos plenamente, porque es la forma responsable de darle respaldo y transparencia a cualquier decisión de este tipo.
Y es importante decirlo con claridad: no estamos ante un cheque en blanco. El propio informe establece el destino del financiamiento:
55 % para obras e inversiones,
40 % para cancelar deudas,
y 5 % como reserva de contingencia.
Esto habla de orden, de responsabilidad y de desarrollo al mismo tiempo.
No estamos ante una decisión cerrada.
Estamos ante un proceso que recién entra ahora en la etapa más importante: la discusión democrática, abierta y responsable.
Ahora empieza lo verdaderamente importante: el intercambio democrático, responsable y profundo, pensando en el desarrollo, en las obras, en el trabajo, en la calidad de vida de nuestra gente.
Este no es un tema de partidos.
Este no es un tema de mayorías y minorías.
Este es un tema de Salto.
Por eso creemos en el diálogo, en las miradas distintas que se sientan a una misma mesa, en la discusión seria, sin gritos ni eslóganes. Porque cuando Salto está primero, todos tenemos algo para aportar.
Desde nuestro lugar vamos a seguir trabajando con respeto, con apertura y con firmeza, convencidos de que las decisiones más importantes no se imponen: se construyen entre todos. Y para que este camino avance, todos los votos importan, todas las miradas importan, todas las responsabilidades cuentan.
Porque Salto no es de un color político.
Salto es de su gente.
